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“El dispositivo, similar a un iPad, se coloca enfrente del usuario y genera un campo de fuerza que se alinea con precisión milimétrica con el contenido inmersivo. Esto hace posible que el usuario pueda distinguir contornos, texturas y otras sensaciones que habitan en el mundo virtual, sintiendo físicamente la misma experiencia que su interlocutor.”
Una de las cosas que más extrañamos durante estos días de confinamiento es, sin duda, el contacto con nuestros seres queridos. Esas muestras de cariño que antes parecían tan corrientes pero que ahora nos resultan imprescindibles.
Es por esta razón que cada rato que tenemos lo pasamos al teléfono o en la pantalla del ordenador intentando acortar esa distancia que nos separa.
No es de extrañar que el número de videollamadas se haya disparado en este último mes, duplicándose su uso en países como España. Pero por mucho que nuestras pantallas nos ayuden a mitigar esa falta de contacto con los demás, este sistema está limitado desafortunadamente a dos únicos sentidos: vista y oído.
La necesidad de tocar o palpar es fundamental para la comunicación entre humanos, permitiendo empatizar y crear vínculos o incluso servir como tratamiento para algunas enfermedades como la demencia o el Alzheimer.
De la mano de tres grandes mentes, Isaac Castro, Mauricio Terán y Sly Lee, nació la idea de acortar kilómetros y acercar las manos a través de su empresa Emerge, creado en Silicon Valley.
“Somos inmigrantes y sabemos lo difícil y frustrante que es tener a nuestros seres queridos en la distancia. Tenemos familia y amigos a miles de kilómetros en estas pantallas en dos dimensiones y es la única forma que tenemos para sentirnos cerca de ellos” explica Isaac Castro, ingeniero madrileño residente en Silicon Valley.
Emerge nace como una startup que se ha propuesto romper las leyes de la física para que podamos tocarnos en la distancia, e incluso en el tiempo. La fuerte necesidad de contacto humano fue la que la que impulsó a su equipo a desarrollar la que promete ser la siguiente revolución tecnológica dentro del campo de la comunicación. Para ello, trabajan en un primer producto que permitirá a los usuarios interactuar y sentir contenido inmersivo de Realidad Aumentada y Realidad Extendida sin necesidad de guantes, wearables o mandos (aunque sí de gafas)
El dispositivo, similar a un iPad, se coloca enfrente del usuario y genera un campo de fuerza que se alinea con precisión milimétrica con el contenido inmersivo. Esto hace posible que el usuario pueda distinguir contornos, texturas y otras sensaciones que habitan en el mundo virtual, sintiendo físicamente la misma experiencia que su interlocutor.
La principal diferencia con el concepto que está desarrollando Emerge es que el usuario no necesita estos periféricos y puede llegar a sentir directamente con sus manos.
“El objetivo no es replicar cómo se siente en el mundo real, sino crear un nuevo lenguaje para el virtual” – Isaac Castro.
En principio, tienen previsto lanzar para el mercado la versión para el consumidor a finales del próximo año y su precio podría ser similar al de una consola de videojuegos o un Smartphone. Sus contenidos estarían disponibles para descargarse desde una tienda de aplicaciones y tendrá compatibilidad con diferentes plataformas virtuales. Desafortunadamente, no vamos a poder aprovecharnos de esta tecnología durante el actual confinamiento, pero sí maravillarnos con las increíbles novedades que nos esperan en un futuro ya no tan lejano.