BLOG

«La historia nos ha demostrado constantemente que los cambios más drásticos son los que dan como resultado modelos arquitectónicos más adaptados y eficientes»
Resulta evidente que nuestro entorno tal como lo conocemos cambiará a favor de ofrecer una mayor seguridad e higiene al individuo ante la necesidad de encontrarnos durante más tiempo en nuestros hogares. La pandemia debida al virus Covid-19 que ha asolado al mundo ha dejado una profunda huella en aspectos relevantes de nuestras vidas, e inevitablemente también en la arquitectura.
Nuestras casas han pasado de ser un “lugar dormitorio” a ser el espacio donde estamos todo el día y es inevitable que las nuevas formas de trabajo, vida y relación social que se incorporarán a nuestras costumbres deben tener reflejo en las nuevas propuestas arquitectónicas.
El diseño de los futuros edificios priorizará la construcción simple y la respuesta rápida, consciente de la naturaleza de los brotes de enfermedades y de cómo pueden sobrecargar la infraestructura sanitaria” – destaca el artículo de la revista de arquitectura eVolo.
El estado de confinamiento ha supuesto para muchas personas formas de replantearnos la manera de conciliar la vida laboral con la personal y el ocio todo dentro de un mismo espacio. Resulta imperante poner de manifiesto la necesidad de conciliar la convivencia familiar con el trabajo en casa, que añadido a los problemas derivados de la alta densidad en el trabajo, resulta evidente que son modelos obsoletos, lejanos a las consideraciones de una arquitectura saludable, que hacen por tanto necesario plantear un nuevo modelo de hábitat.
BREVE HISTORIA DE LA ARQUITECTURA POST-PANDEMIA
La historia nos ha demostrado constantemente que los cambios más drásticos son los que dan como resultado modelos arquitectónicos más adaptados y eficientes.
A principios del S XX, un gran incendio destruyó San Francisco, dando como resultado una reconstrucción de la ciudad mucho más moderna y competente.
Haussmann reconfiguró París en el S XIX y con esa enorme reforma urbanística preparó a la ciudad para las epidemias de la peste o el cólera.
Fue en Londres cuando se rediseñó la ciudad a partir de la epidemia de cólera de 1954, y también Nueva York se adaptó a las exigencias de los tiempos por venir.
Hoy en día, y aun no sabiendo todavía las consecuencias que tendrá en su totalidad esta pandemia debemos asumir que nuestras casas deben seguir un diseño diferente; así como nuestros lugares de trabajo, sitios de reunión donde se espera encontrar mucha gente en espacios cerrados, etc.
LA TECNOLOGÍA Y SU FUTURO EN LA ARQUITECTURA
Tanto en los espacios públicos como en los privados, en los lugares de trabajo y en las viviendas, los accesos, comunicaciones verticales, aseos y espacios comunes de cualquier edificio cobrarán una especial importancia en su papel para el control, la higiene y el distanciamiento social, donde tendremos que incorporar aspectos que nos acerquen al concepto “Contact Less Buildings”. Espacios más holgados, que se desarrollen en entornos
agradables, limpios y saludables y donde cultivar el movimiento frente a la vida sedentaria. Todo ello en la búsqueda de un hábitat que permitan cuidad nuestra salud, tanto física como metal.
En este sentido las tecnologías se imponen a un ritmo agigantado y son muchos los profesionales que ya se han puesto a vislumbrar y diseñar las zonas de encuentro del futuro.
Se habla de concentración aislada, de zonas productivas informales (las anti-oficinas), de teletrabajo, y de muchas otras opciones para reducir al máximo los riesgos de estos sitios que hasta hoy eran nuestros referentes.
Eso hará que el trabajo virtual sea más utilizado, y trabajemos más desde nuestras casas. Estaremos más en casa, y eso obligará a generar espacios más accesibles pero también más íntimos para nuestro trabajo.
Y en cada casa, o sitio de reunión, tendremos que ser más previsores con los eventuales contagios de nuevas cepas de virus que podrían aparecer. Todo apunta a que la utilización de la voz, o del iris, o el propio teléfono móvil, pasarán a ser un requisito indispensable para movernos en cada espacio sin tocar los objetos que pudiesen estar contagiados.
En estesentido, viviremos en un mundo aún más automático que el que ya tenemos.
En referencia a la seguridad de los espacios públicos, especialmente los muy concurridos, la arquitectura se enfrenta al reto de diseñarlos con el fin de que cumplan con las máximas condiciones higiénico-sanitarias que eviten la posible propagación de futuras epidemias.
El sector de la salud es uno de los ámbitos que se está viendo especialmente afectado por la crisis del coronavirus. En diversas ciudades del mundo, se están construyendo unidades temporales de atención y hospitales provisionales. A este respecto, la arquitectura hospitalaria, cuyo planteamiento se centra específicamente en dar respuesta a necesidades sociales y de carácter sanitario, debe encontrar soluciones de urgencia para mejorar las condiciones tanto de pacientes como de personal médico.
Conceptos como el acceso universal o la disgregación de los enfermos para evitar contagios en masa son algunas de las mejoras planteadas por la arquitectura hospitalaria que, a lo largo de la historia, han tenido que adaptarse a la evolución tanto de la medicina como de la sociedad.
Siempre fue un tema fundamental para el sector de la arquitectura, pero la preocupante actualidad provoca que, de ahora en adelante, además de ser una herramienta para crear entornos con tecnología de vanguardia, accesibles y al mismo tiempo confortables, deberá tener más presente si cabe las condiciones de seguridad sanitarias para desarrollar las funciones oportunas de contención de futuras epidemias.